Bulgaria y Croacia han entrado en la sala de espera de la zona del euro, uniéndose al Mecanismo de tipo de cambio II, un sistema para gestionar las fluctuaciones de los tipos de cambio y suavizar el camino de entrada a la moneda única.
La decisión fue confirmada el viernes por los ministros de finanzas de la zona del euro, el Banco Central Europeo y Dinamarca, un antiguo miembro del ERM-2, luego de que los informes oficiales de convergencia indicaran que las economías de ambos países estaban suficientemente sincronizadas con las de la zona del euro.
Christine Lagarde, presidenta del BCE, dijo que Bulgaria y Croacia habían dado "un gran paso hoy en el camino para unirse a la zona del euro".
"Los felicito y agradezco sus continuos esfuerzos de política", dijo. "El euro es parte de nuestra identidad compartida y una conexión tangible entre más de 340 millones de personas en toda Europa".
El BCE también confirmó que, en paralelo, los dos países se unirían a la unión bancaria, un sistema de supervisión conjunta y gestión de crisis del sector bancario que se creó en respuesta a la crisis de deuda soberana de la zona del euro.
Las reglas de la unión bancaria incluyen la supervisión directa por parte del BCE de los bancos de importancia sistémica, algo que comenzará el 1 de octubre.
Valdis Dombrovskis, vicepresidente ejecutivo de la Comisión de la UE responsable de la política económica, dijo que el deseo de ambos países de unirse al ERM-2 era una señal de que el euro era "una moneda atractiva y global".
"Ambos países han trabajado duro para llegar a este punto", dijo. "Implementaron paquetes creíbles de medidas de política antes de ingresar a ERM-2".
Esas medidas incluyeron acciones contra el lavado de dinero, reformas a las leyes de insolvencia y cambios a las reglas sobre el gobierno de las empresas estatales.
Unirse y mantener la membresía de ERM-2 es uno de los cuatro criterios principales que los países deben cumplir para unirse a la zona del euro. La moneda de un país tiene que permanecer en una banda de fluctuación estándar de más o menos 15 por ciento alrededor de una tasa central durante dos años.
El lev búlgaro ingresó al ERM-2 con una tasa central de 1.95583 al euro, mientras que la kuna croata se unió a una tasa central de 7.53450 al euro.
Las perspectivas de los dos países para unirse al euro dependerán de que las monedas permanezcan dentro de la banda sin tensiones severas, y especialmente sin ninguna necesidad de devaluar frente al euro.
Los otros criterios centrales para ser miembro de la moneda única son la estabilidad de precios, las finanzas públicas sólidas y sostenibles y la durabilidad de la convergencia económica. Estos se miden observando datos que incluyen la inflación y las tasas de interés, así como los niveles de deuda pública de los gobiernos y el tamaño de sus déficits presupuestarios.
Ni el BCE ni la Comisión Europea señalaron cuándo los dos países podrían unirse a la moneda única.
La zona del euro cuenta actualmente con 19 miembros, aunque el euro también se utiliza como moneda principal en varios otros territorios, incluida la Ciudad del Vaticano.
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