El gigante tecnológico ha indicado en un comunicado divulgado este viernes que cerrará todas sus tiendas excepto en cuatro localidades: Londres, Nueva York, Sidney y Redmond. Estas tiendas permanecerán abiertas pero se convertirán en “centros de experiencia”, donde los usuarios podrán conocer los productos de la empresa pero no podrán comprarlos.
El cierre de otras tiendas tendrá para la compañía un coste de aproximadamente 450 millones de dólares que se computará en el trimestre actual que termina el 30 de junio.
Los empleados de las tiendas no perderán sus trabajos y seguirán laborando de forma remota en temas de ventas, entrenamiento o ayuda al consumidor. En algunos casos, también, los empleados trabajarán desde oficinas de Microsoft.
“Nuestras ventas en línea han crecido gracias a que nuestro portafolio ha evolucionado a ofertas digitales y nuestro equipo talentoso ha demostrado éxito sirviendo a los consumidores más allá de un lugar físico”, ha indicado David Porter, vicepresidente de marcas.
El grupo se considera bien posicionado para atravesar la crisis provocada por el nuevo coronavirus, en particular gracias a la explosión del “cloud” o nube. Además la firma puede contar con sus programas y servicios vinculados el teletrabajo, educación a distancia y juegos de video.
Las cadenas minoristas, cuyas tiendas cerraron a mediados de marzo en EE.UU. y otras partes del mundo debido a las medidas para frenar la propagación del coronavirus, han visto un gran aumento en la demanda online, en medio de los llamados de las autoridades a permanecer en casa.
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