La crisis del coronavirus no amaina y los inversores han entrado en pánico. Los mercados de todo el mundo viven este lunes una jornada negra, con profundas caídas en una sesión que va camino de ser la más salvaje desde el referéndum por el Brexit. Tras casi 20 días acumulando pérdidas, esta semana ha arrancado con el mismo nerviosismo y unos retrocesos más que notables por el cúmulo de dudas en los mercados.
Las turbulencias en los mercados se suceden desde hace semanas debido a la incertidumbre de los inversores, incapaces de cuantificar el impacto económico de la extraordinaria expansión global del coronavirus, que ha superado ya los 109 000 contagios y las 3800 muertes en todo el mundo.
A ello se ha sumado este fin de semana la batalla entre dos de los principales productores mundiales de petróleo, Arabia Saudí y Rusia. El petróleo se estrella hasta los 36 dólares por barril, con un desplome ahora del 20 % (ha llegado a perder un 30 %), después de que Arabia Saudí haya declarado una guerra de precios tras la negativa de Rusia, a finales de la semana pasada, a aceptar un recorte de producción de 1,5 millones de barriles para enfrentar el impacto del coronavirus.
Todo esto sucede mientras la cifra de contagiados y la de muertos a causa del COVID-19 no baja y sigue en alza, lo cual proporciona una proyección de que la situación podrá empeorar aún más, mientras que en la actualidad se dice que las condiciones son parecidas a la crisis económica de 2008. De este modo, se teme que haya una nueva gran depresión como la de 1929, con la diferencia de que las cifras de las pérdidas serán muchísimo más elevadas.
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