El Banco de Pagos Internacionales (BPI) observa un fuerte crecimiento de los bonos de titulización de préstamos a empresas muy endeudadas, aunque ve menos riesgos que con las obligaciones garantizadas por deuda, por las hipotecas «subprime» de antes de la crisis. En su informe trimestral, publicado este domingo, el BPI dice que existen paralelismos con esas obligaciones que retitulizaban bonos respaldados por hipotecas «subprime» y fueron decisivas en el estallido de la Gran Crisis Financiera.
Debido a la agresiva toma de riesgos y la búsqueda de rentabilidad, una parte cada vez mayor de los préstamos bancarios a empresas fuertemente endeudadas se ha convertido en la materia prima de productos estructurados de titulización como las obligaciones garantizadas por préstamos.
El mercado de préstamos apalancados ha crecido los últimos años a 1,4 billones de dólares, de los cuales 200.000 millones de dólares estaban denominados en euros y el resto en dólares, según cifras del BPI. La calificación crediticia de las empresas y el fuerte incremento de los préstamos apalancados constituyen un riesgo evidente.
El rápido crecimiento de la financiación apalancada y los bonos de titulización de préstamos tiene paralelismos con el mercado de hipotecas subprime en Estados Unidos y las obligaciones garantizadas por deuda antes del estallido de la crisis, pero también diferencias porque los bonos de titulización de préstamos son menos complejos y evitan usar seguros de impago de deuda, según el BPI. Además, hay mejor información sobre las exposiciones directas de los bancos a estos productos financieros.
Deterioro de la calidad de crédito de los activos que sirven de garantía
Entre las similitudes el BPI destaca el deterioro de la calidad de crédito de los activos que sirven de garantía, la opacidad de exposiciones indirectas, la elevada concentración en algunos bancos y la incierta resistencia de algunos tramos senior. Ambos productos financieros son bonos de titulización de activos que invierten en pools de activos no líquidos o de riesgo y los convierte en valores negociables en el mercado.
Están estructurados en tramos con créditos de diferentes antigüedades sobre el flujo de los activos que los respaldan. El tramo más junior normalmente no está calificado y gana los rendimientos más elevados, pero es el primero en absorber pérdidas.
El tramo más senior tiene normalmente una calificación de AAA y los rendimientos más bajos, pero es el último en absorber pérdidas. En el medio están los tramos mezzanine, con una calificación desde BB hasta AA, que comienzan a absorber pérdidas cuando el tramo junior se ha agotado.
Mediante la titulización se agrupan préstamos, sean hipotecarios o a empresas, y se venden posteriormente a un fondo de titulización que emite valores de renta fija para venderlos a los inversores. Esta técnica financiera permite transformar activos normalmente no líquidos o de riesgo en otros con mayor liquidez o menos riesgo.
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