El Ibex-35 arrancaba la sesión prácticamente plano, en el entorno de los 8.680 puntos. Ello, después de las subidas del día anterior. Éstas se debieron al tono más suave empleado por Donald Trump en la recta final de la reunión del G-7 en Biarritz, lo que mejoró las expectativas sobre las conversaciones comerciales de Estados Unidos con China y elevó la probabilidad de que puedan culminar con un acuerdo. A partir de las once el indicador doméstico empezó a subir, para marcar máximos en los 8.760 puntos a primera hora de la tarde. Coincidiendo con la apertura de Wall Street, el índice perdió un poco de fuerza. Al cierre daba un último cambio en los 8.728,9 puntos, lo que supone una revalorización del 0,57%.
Al selectivo español le fallaron pocos valores: apenas nueve terminaron en negativo. El peor fue Bankinter, que se dejó un 1,12%. Después se colocó el Santander, con un retroceso del 0,84%. Indra se dejó un 0,73%, Acerinox, un 0,63%, y Ence, un 0,52%. Cie Automotive, Mediaset, Repsol y ArcelorMittal completaron la lista de valores a la baja con pérdidas inferiores al medio punto porcentual.
IAG (2,05%) encabezó los ascensos, seguido de Enagás y Red Eléctrica, que se anotaron alrededor de un 1,85%. Más valores fueron capaces de sumar más de un punto porcentual, como Telefónica (1,42%) o como Naturgy (1,31%), mientras que Inditex ganó justo un 1%.
La Bolsa de Nueva York flaquea
En Wall Street, falta de dirección en los índices. Así, el Dow Jones, al cierre de la sesión europea, perdía un 0,13%, mientras el Nasdaq se dejaba alrededor de un 0,25%. El S&P 500, en cambio, se anotaba un 0,25%.
Al Dow Jones le pesaba sobre todo el sector bancario: JP Morgan y Goldman Sachs bajaban alrededor de un punto porcentual. Y también otros de los valores que más ponderan en su composición, como UnitedHealth y Apple, se contaron entre los peores del día.
La agenda económica en Estados Unidos fue mixta. Por un lado, la evolución del precio de la vivienda en junio fue algo peor de lo esperado por el consenso de expertos: la subida interanual en las veinte principales ciudades del país fue de un 2,13%, por debajo del 2,30% esperado. Pero el índice manufacturero de la Fed de Richmond superó expectativas, al igual que el índice de confianza del consumidor que elabora la Conference Board.
Caídas adicionales en los intereses de los bonos
En el mercado de bonos dominaba la prudencia. Los inversores compraban deuda. Con ello, el interés del título americano a diez años caía del 1,53% hasta el 1,48%, un nuevo mínimo desde 2016. Se encuentra claramente por debajo del rendimiento del título a dos años (1,53%) y muy cerca del interés del título a tres años (1,43%), lo que implica que, lejos de tender a volver a su ser, la curva de tipos continúa su proceso de inversión.
En Europa, la rentabilidad del bono alemán a diez años retrocedió desde el -0,67% hasta el -0,70%. Ello se explica porque el dato definitivo del PIB alemán del segundo trimestre confirmó que primera economía europea se contrajo en ese periodo y que podría encadenar otro trimestre de decrecimiento.
A la baja también se movían los intereses de los títulos de la periferia: el del español, del 0,12% hasta el 0,07%; y el del italiano, del 1,32% al 1,13%, su nivel más bajo desde 2016. El interés del bono italiano a dos años entró claramente en rojo, para situarse en el -0,12%. En los últimos días había realizado incursiones intermitentes en zona negativa. Era el último bono a dos años europeo en dar un rendimiento negativo.
La fuerte entrada de dinero en la deuda italiana y la consiguiente bajada de su prima de riesgo se producían una vez se reanudaban las conversaciones para formar un nuevo Gobierno entre el Partido Democrático y el Movimiento Cinco Estrellas después de que se suspendieran por la mañana.
Las noticias políticas en Italia también impulsaron a sus acciones y, de hecho, el Ftse Mib de Milán fue el indicador que más ganó del día, con una revalorización del 1,52%. A continuación, lejos, se colocaron el Cac 40 francés y el Dax alemán, con ganancias de algo más de un 0,6%. En rojo, aunque con pérdidas minúsculas de alrededor de un 0,05%, cerraron el PSI-20 de Lisboa y el Ftse 100 británico.
En el euro pesó más Alemania que Italia y, al cierre, la moneda comunitaria se dejaba un 0,10% frente al billete verde, para perder la cota de 1,11 unidades.
El oro marcaba otro máximo desde 2013 en los 1.542 dólares la onza.
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