A dos meses de las PASO y de la brusca devaluación del peso ese lunes 12 de agosto, el saldo parece ser un dólar estable, estacionado en los $ 60.
Pero el panorama que a primera vista parece tranquilizador empieza a resquebrajarse cuando se mira de cerca y se evalúan las demás variables que giran en torno al tipo de cambio.
En números, la corrida que siguió a las elecciones primarias hizo que el Banco Central vendiera US$ 3.800 millones de reservas en el mercado de contado para abastecer la demanda. También operó dólar futuro, pero ese mercado es más difícil de contabilizar.
Además, los ahorristas e inversores sacaron de los bancos US$ 11.385 millones, o sea que se perdió un 35% del stock de depósitos, billetes que ahora están en el exterior o debajo del colchón.
Las reservas internacionales pasaron de US$ 66.309 millones el viernes anterior a las PASO, a los US$ 47.851 millones el último jueves: 28% o US$ 18.458 millones menos.
Para que el dólar se estabilizara en los $ 60, el Gobierno volvió al control de cambios que tanto había criticado: el 1 de septiembre puso el tope de US$ 10.000 mensuales para compras de ahorristas y directamente prohibió la adquisición de dólares para atesoramiento por parte de las empresas.
El Banco Central tomó medidas para acelerar la liquidación de parte de los exportadores y también para ir cortando las bicicletas financieras que surgieron a partir de los controles, como el «rulo» y el «bucle», que permitían ganar 7% y que ya pasaron al olvido.
«Siempre hablamos del dólar oficial, pero hay un dólar implícito -el contado con liqui o Bolsa-, que es el que nosotros tomamos en cuenta», asegura Gustavo Neffa, director de Research for Traders. Para poder comprar dólares o sacarlos del país, ante la prohibición de ir al mercado oficial, las empresas e inversores empezaron a recurrir a la vía bursátil, adquiriendo acciones o bonos en pesos y vendiéndolos en dólares. Ese dólar hoy es 14 % más caro que el oficial.
«Después de las PASO, el tipo de cambio oficial subió 28% y, con el control de cambios, el contado con liqui subió 44%. Se empezó a ver una divergencia que antes no teníamos», cuenta Nery Persichini, jefe de Estrategia de GMA Capital.
Neffa estima que «de acá a las elecciones la brecha va a ir subiendo. Estimo que será de 20% hacia fin de año». El oficial estará a $ 65 según el Relevamiento de Expectativas que hace el Central, una depreciación de 8 a 9%. «Yo estimo que será más, de 10 a 15%», sostiene Neffa.
La ampliación de la brecha entre el dólar oficial y los «alternativos» puede eventualmente llegar a la economía real. «Muchas transacciones en la economía privada se hacen con ese dólar Bolsa o contado con liqui, las inmobiliarias toman un dólar intermedio, las deudas se pagan con el dólar desregulado y también algunas importaciones. Eso debería llegar al precio en góndola, también porque hay una inflación reprimida», dice Neffa.
De todos modos, el consultor asegura que «más que el dólar me preocupa la baja de las reservas. Calculamos que de acá a diciembre habrá otra caída de US$ 4.000 millones en las reservas de libre disponibilidad«. Son las que se pueden usar de manera inmediata y totalizan hoy unos US$ 17.000 millones, luego de que el Gobierno decidiera empezar a usar los US$ 7.200 millones del FMI que tenía depositados en el Banco Central desde junio de 2018.
Este viernes se pagaron cerca de US$ 500 millones de vencimientos de una Lete y el martes se habían desembolsado otros US$ 114 millones. «Lo imperioso es detener el pago de los intereses. Solo de Letes en el primer trimestre de 2020 se vencen US$ 8.000 millones», dice Neffa.
Victoria Giarrizzo, directora ejecutiva de la Consultora Elypsis, coincide en que es clave que quien gane las elecciones salga rápido a renegociar la deuda. Y no descarta un refuerzo de los controles de cambios.
«Las reservas se siguen yendo y continúa el goteo de depósitos, de a US$ 70 millones por día. Lo único que queda es hacer un ajuste de los controles. Los US$ 10.000 (que se permiten comprar) quedaron altos. Pero hay que ver quién va a hacer ese trabajo, si Cambiemos en los dos meses que le quedan o Alberto Fernández, si gana las elecciones», asegura.
No hay margen para que a nadie se le escape el dólar. Si se refuerzan los controles, con suerte la inflación terminará en 57% este año, asegura. «El dólar está contenido con pinzas. No se calmó al mercado», opina Giarrizzo.
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