Tipo de cambio competitivo, acumulación de reservas y desendeudamiento. Esas son algunas de «las
seis reglas de la economía albertista» que adelantó
Matías Kulfas, uno de los asesores más cercanos de
Alberto Fernández y que se perfila ahora como el candidato más fuerte a encabezar el Ministerio de Hacienda si es que se confirman en octubre los resultados de las PASO. Entre otras cosas, Kulfas anticipó que está dentro de los planes de Fernández la búsqueda de un «nuevo acuerdo con el
FMI» y de un »
reperfilamiento de la deuda».
La exposición tuvo lugar la semana pasada en la provincia de La Rioja y es hasta ahora el anticipo más claro de cómo podría ser la política económica de un eventual gobierno del Frente de Todos. «La Argentina necesita un adecuado mix entre Estado y mercado», dijo Kulfas, para quien el gobierno de Mauricio Macri incorporó CEO del sector privado «y no logró generar resultados, sí conflictos de intereses».

La primera regla «albertista» es tener un tipo de cambio competitivo y estable, acompañado por los superávits gemelos, el comercial y el fiscal. Según Kulfas, un eventual gobierno de Fernández apuntará también a la acumulación de reservas, el desendeudamiento y la reducción de la inflación. También planteó la necesidad de generar un «nuevo acuerdo con el FMI» y de reperfilar la deuda con los bonistas.
Fernández suele repetir que sabe «cómo salir del laberinto» porque ya «estuvo ahí», cuando le tocó acompañar a Néstor Kirchner en un gobierno inmediatamente posterior a una de las peores crisis de la historia argentina. Con el plan presentado por Kulfas parece querer repetir la receta de entonces: superávits gemelos y acumulación de reservas. Las condiciones actuales, sin embargo, son distintas a las de entonces, sin boom de las commodities como una de las grandes diferencias.
Para cumplir con las reglas planteadas, Kulfas planteó tres «ejes programáticos». En primer lugar, «un acuerdo económico y social para bajar la inflación, mejorar la productividad y mejorar de manera sustentable el salario real». Para el economista, además de contribuir a mejorar los indicadores económicos, un acuerdo de este tipo ayudará a concertar nuevas pautas para el desarrollo y «superar la grieta».

Kulfas no dejó de mencionar las palabras que causan escozor entre muchos votantes progresistas: reforma laboral. En ese sentido, planteó una «reforma laboral sector por sector, sin soluciones mágicas». Como tercer eje programático planteó un plan de desarrollo industrial y tecnológico, para lo cual prevé otorgar «estímulos financieros».
Motivos para el optimismo
Pese al difícil escenario que dejaría el gobierno actual, sostuvo que también hay «motivos para el optimismo». Consideró que Vaca Muerta generará 500.000 puestos de trabajo y su desarrollo aumentará las exportaciones argentinas en un 50%, rompiendo «la histórica dicotomía entre exportación y empleo». Asimismo, anticipó que Vaca Muerta sumado al desarrollo de la minería en general, la agroindustria y la industria y los servicios permitirán «superar la restricción externa de manera genuina».
Según la presentación de Kulfas, la Argentina está en condiciones de romper la tensión entre recursos naturales, industria y tecnología. «De manera silenciosa, las actividades agrícolas han industrializado muchas zonas del interior del país, generando empleos y nuevas actividades de servicios, tecnológicos», dijo, y agregó: «Ese proceso va a continuar».
El plan del que podría ser el próximo gobierno también incluyó un capítulo verde. Según dijo el economista, hay 5000 basurales a cielo abierto que pueden ser reconvertidos en 5000 fuentes de materiales reciclados, energías renovables y empleo.
La herencia macrista
Kulfas dedicó parte de su exposición a detallar cuál es el escenario económico en el que asumirá el próximo gobierno. En ese sentido, señaló que el PBI de 2019 será aproximadamente 3,4% más bajo que el de 2015 y que si se mira el PBI por habitante, será 7,3% menor que el del año en el que asumió Macri.
Respecto de la inversión, sostuvo que «tuvo un atisbo de recuperación y se desplomó en el último año». Recordó que en 2017 tuvo una fuerte mejora, que se revirtió a mediados de 2018, «iniciando un desplome donde actualmente está cayendo a un ritmo de 25% anual». «Incluso en la recuperación de 2017, la inversión no llegó al nivel de 2011», concluyó. Sin embargo, Kulfas se esforzó por dar un mensaje optimista: «El daño existe, pero es reversible con un cambio de rumbo, nuevas políticas industriales y comerciales», finalizó.
Las seis reglas de la economía «albertista»
- Tipo de cambio competitivo y estable
- Superávit comercial
- Superávit fiscal
- Acumulación de reservas
- Desendeudamiento
- Bajar la inflación
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