Mañana, referentes inmobiliarios se volverán a reunir con autoridades del banco; aunque descuentan impacto parcial, la medida se trataría en el directorio del jueves
Esta semana se esperan definiciones para el
sector inmobiliario. Se trata, nada menos, de
autorizar la compra de dólares por
arriba de los US$10.000 para los
compradores de primera o única vivienda. Mañana, varios empresarios de comercio de inmuebles se reunirán nuevamente con funcionarios del Banco Central y, si hay acuerdo, la resolución sería tratada en la reunión de directorio de la entidad. Generalmente, los jueves es el día de reunión. A ese día apuntan todos.
«La idea no es abrir el mercado inmobiliario, sino diseñar algo más acotado para quienes adquieren primera vivienda o vivienda única y los casos que hayan quedado pendientes», dijeron fuentes del BCRA.
El mecanismo por el cual los
compradores de una propiedad podrían acceder a los dólares necesarios sería un certificado digital elaborado por el escribano involucrado en la operación. Solo con ese instrumento es posible que en ventanilla entreguen el total de los billetes estadounidenses.
Desde el sector calcularon que esta flexibilización de la prohibición de comprar más de US$10.000 mensuales por persona humana significa un flujo de divisas de US$300 millones al mes, que en el actual mercado inmobiliario representa un promedio aproximado de US$100.000 por cada operación. La propuesta permitirá solucionar, en principio, los casos de vivienda única, enfocada en el concepto de «necesidad de techo familiar», por lo cual se asegura que las divisas involucradas en la operación se movilizarán dentro del mercado local, presuponiendo la compra de otra vivienda.
El impacto en el mercado
Más allá de que ponderaron la actitud de escucha del Gobierno y la atención, por ejemplo, a los tomadores de créditos hipotecarios, distintos inmobiliarios consultados coincidieron en que la medida no redundará en una reactivación del mercado, que lleva 15 meses de caída interanual, con un agosto en el que se habrían realizado menos de 3000 escrituras.
«La resolución solo servirá para una cantidad marginal de operaciones. De acuerdo con lo que se conoce que contendría y a qué operaciones atendería, no debe ser tomada como una factor que podría conducir pesos a inmuebles y con ello lograr reactivar a un mercado que ya viene sumamente aletargado por otras causas desde hace mas de 15 meses», consideró José Rozados, fundador de Reporte Inmobiliario.
Por su parte, Soledad Balayan, de Maure Inmobiliaria, dijo que no ve que esto conlleve un aumento de la escrituras. «En el segmento del usado quizá no perjudicás, pero no mejora. No soy optimista de cara a los próximos meses», opinó, y destacó que se encuentre por lo menos una solución para los tomadores de crédito, aunque hoy esas operaciones solo representan 200 al mes. «Eso sí es grave, a esa gente esto le genera un perjuicio muy grande y por ahí se caen las operaciones. Son personas que pasaron por todo el proceso de selección, que están pagando caro los intereses y encima tienen esta dificultad», agregó.
Alejandra Covello, titular de Covello Propiedades, dijo que si la medida apunta solamente a primera vivienda esto representa una parte muy pequeña de la población: «Son las personas jóvenes que buscan irse de la casa de los padres o casarse o vivir con una pareja y son los sectores de menos recursos».
Para Covello, el BCRA debería permitir la compra de dólares para todas las adquisiciones de inmuebles, a lo sumo con un tope por operación para que compras muy grandes no afecten las reservas del país. De lo contrario, este tema perjudica a la actividad, porque el dólar es la única moneda con la que funciona y ha funcionado el mercado inmobiliario.
En tanto, Marcelo Di Mitrio, director de Di Mitrio Inmobiliaria, sumó que la medida no va a torcer ni cambiar el termómetro del nivel de actividad. «La actividad viene cayéndose desde hace más de 12 meses en términos de cantidades vendidas. Y lo que la resolución viene a resolver solo se retrotrae a hace tres semanas. El efecto es marginal, muy pequeño, desgraciadamente. No es reactivador ni mucho menos», evaluó.
A su vez, agregó que la actividad se encuentra en un compás de espera con los compradores en situación de
wait and see [esperar y mirar] por lo menos hasta que se sepa quién va a ser el próximo presidente y cuál va a ser su programa económico. «Yo lo que advertía hasta las PASO era una demanda que cuando notaba que la relación producto-precio era conveniente compraba. Pero después de las elecciones primarias y la devaluación de los días siguientes noto que no se la estimula ni siquiera con un producto-precio atractivo. Los actores del mercado están expectantes de que algo más va a pasar en este mapa de la macro argentina. Esto no se cerró con devaluación post-PASO y las medidas que se tomaron. Se requieren definiciones en materia económica para asumir que es conveniente o no a la hora de la compra», analizó.
El empresario completó su concepto. Dijo que para la parte vendedora el panorama es más claro: baja del precio del metro cuadrado y, por ende, el de las propiedades. «Todos los indicadores nos muestran que el escenario va a pasar por allí, pero la incertidumbre es tal que perdimos registro de cuál va a ser la baja», concluyó.
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