La dispar evolución de los balances del Banco Central Europeo (BCE) y de la Reserva Federal (Fed) en los últimos meses justifica una apreciación del euro frente al dólar en 2020. Tras un 2019 en el que el cruce de divisas se ha constreñido a un estrecho rango de apenas 6 puntos porcentuales, que se limita a los 4,5 enteros en los últimos seis meses, la mayor oferta de dólares que implica el falso programa de compra de activos que viene ejecutando la institución norteamericana sin haber anunciado un nuevo QE apoya una mayor fortaleza de la moneda común.
«El euro debería apreciarse frente al dólar, al menos mientras la Fed mantenga su programa de compra de activos para la gestión de las reservas bancarias y, además, siga inyectando liquidez a los mercados monetarios de Estados Unidos vía las subastas contra la pignoración de activos [operaciones conocidas como repo], lo que hace que su balance crezca más rápidamente que el del BCE», explica Juan Ignacio Crespo, asesor del fondo Multiciclos Global, de Renta 4, quien asegura que «mientras esto siga siendo así, parece que al menos habrá garantía de que la cotización del euro no se irá por debajo de los niveles mínimos relativos de 1,089 dólares a los que llegó el 30 de septiembre de 2019».
Desde ese suelo anual, la divisa comunitaria se ha recuperado cerca de un 2%, pero en ningún momento desde entonces ha logrado superar con claridad la resistencia técnica de los 1,11 dólares. En su contra han cotizado la debilidad del crecimiento económico de la eurozona, y especialmente de Alemania, a pesar de los pasos que Estados Unidos y China han dado hacia a un acuerdo en la guerra comercial, y las amenazas que conlleva el Brexit.

«Otro elemento que refuerza una tesis favorable al euro es que el diferencial entre las rentabilidades a 10 años de la deuda pública de Estados Unidos y de Alemania se ha estabilizado en torno a 210 puntos básicos, tras haber llegado a 285 hace un año», continúa Juan Ignacio Crespo. Una tendencia que provoca que el coste de cubrise de una apreciación del euro respecto al dólar se encuentre en mínimos.
Menos demanda de dólares
Por el lado de la demanda, hay distintos argumentos tangibles que también soportan una previsión alcista para el la moneda común -y bajista, por tanto, para el billete verde. «China está comprando menos dólar y se constata que Japón va en la misma dinámica», apuntaba David Azcona, estratega de MoraBanc AM, a elEconomista en julio.
Y los datos reflejan esta afirmación: los montos de bonos estadounidenses en manos de los dos países asiáticos dos de los principales tenedores vienen descendiendo desde los máximos que alcanzaron entre 2013 y 2014, y los últimos movimientos apuntan a que seguirán reduciéndose, puesto que «la intención de ambos es seguir diversificando sus reservas de divisas», incide el analista de la gestora andorrana.
«En fin, la tendencia al debilitamiento del euro frente al dólar dura ya casi 12 años, desde abril de 2008, por lo que esta etapa se ha convertido ya en la más larga de la historia desde que en 1972 empezaron a cotizar las divisas libremente, y, aunque todo parece indicar que el euro debería apreciarse frente al dólar, como siempre, la flojera de la economía de la eurozona plantea dudas de que vaya a ser así», concluye Juan Ignacio Crespo.
El coste de cubrir el euro, en mínimos
El coste de cubrirse de una apreciación de euro frente al dólar está en mínimos de 24 meses, en torno al 2,45%, pero no compensa ni atendiendo al potencial de apreciación que los analistas proyectan de media para la divisa, ni porque se come todo el interés que el mercado exige a la deuda de Estados Unidos a 10 años actualmente del 1,785%- aun con la referencia de Alemania, el Bund, en el -0,3.
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