Fabio Rodríguez analiza que la política debe apoyar el «giro pragmático» que muestra el ministro de Economía. La situación del tipo de cambio
Al economista Fabio Rodríguez no le gusta hablar de un giro «ortodoxo». Prefiere mencionar un giro «pragmático», al referirse al cambio de estrategia y al empoderamiento por parte de Martín Guzmán, en las últimas semanas.
-¿En qué momento de la crisis estamos?
-Lo definiría como una estabilidad del mercado cambiario precaria. Se logró calmar la escalada de los dólares alternativos pero sin otros componentes que son necesarios para que deje de ser precaria esta pax cambiaria.
-¿A qué se refiere?
–El Banco Central no deja de perder reservas. En lo que va del mes, perdió más de u$s200 millones sólo por sus intervenciones en el mercado. Tampoco se revierte la caída que sufrieron los bonos de la deuda, ni mejora el Riesgo País. Y la brecha quedó en un nivel incompatible con el objetivo de afianzar la estabilidad. Es una calma precaria que debe robustecerse.
-¿Y cuál sería el camino para lograrlo?
No queda otra que generar confianza. Habría que acelerar el giro pragmático -a mí no me gusta llamarlo ortodoxo- que el Gobierno ensayó en las últimas semanas. Con buen criterio, Guizmán empezó a ordenar la parte fiscal y monetaria, que habían quedado desordenados por la pandemia.
Transcurridas estas semanas, creo que ese giro pragmático debería ser más rápido. Sobre todo, una señal de que se acelera la negociación con el Fondo Monetario. Y cómo se va a financiar el rojo fiscal del año que viene.
-¿Debe explicitar que se encamina a un déficit fiscal más chico que el 4,5% planteado en el Presupuesto?
-Exactamente. Más chico, y que le cambió la composición. Guzmán comenzó a hacerlo, pero no alcanza. Debe dar una señal más concreta.
-Supongamos que lo concreta. ¿Esa señal alcanzaría para que los sojeros liquiden divisas en el canal cambiario oficial?
-No sólo eso. El parámetro fiscal no alcanza para atajar una crisis. Pero en este momento sí es lo más relevante. Para que los sojeros liquiden es necesario que disminuya la brecha entre el dólar oficial y las cotizaciones alternativas. La negociación con el FMI es clave: saber cuáles son los contenidos. Y la velocidad de esa negociación. Ayudaría a la estabilización del mercado financiero.
Mientras la brecha se mantenga elevada, el superávit comercial continuará evaporándose. La lógica con la brecha es un desequilibrio de flujos.
-¿Cree que el FMI pedirá cambios en el mercado cambiario?
-Está pendiente esa resolución. Al Fondo le preocupa mucho la brecha y la pérdida de reservas. Es probable que pida que la Argentina esté lo más cerca posible de un mercado unificado, que implique una devaluación del 15% o del 20%. Y ahí yo quiero ver si hay acuerdo.
-Lo que ocurre es que para el Gobierno, la opción de una devaluación no es, precisamente, una posibilidad.
-Hoy sí. Es así. Pero puede cambiar. Quizás en el marco de un acuerdo, con un respaldo concreto del FMI, que involucre fondos frescos, quizás sí sea una opción.
-¿Y cuál podría ser un dólar de equilibrio, en ese contexto? ¿$100?
-Con un apoyo del FMI y con un plan concreto, respaldado por el Fondo, que genere confianza, yo creo que tranquilamente podría ser un tipo de cambio de equilibrio.Todo depende de la situación de confianza, que involucre un relanzamiento del plan económico. Sería algo razonable.
Rodríguez afirma que la política debe acompañar el «giro pragmático» de Economía.
-Algunos economistas argumentan que, en verdad, lo que estamos viendo en el mercado cambiario tiene un trasfondo político. Y que hay que resolver lo político para generar confianza en los mercados. ¿Lo ve así?
–La política tiene que apoyar al giro pragmático que da Economía. Esa es la clave. Y que el ministro confirme que tiene todo el poder para llevar adelante ese cambio del que estamos hablando, y que serviría para estabilizar.
-¿Y la economía real? ¿Vamos hacia una recuperación de lo perdido durante la pandemia?
-El puente entre la fase más dura de la pandemia -donde la actividad se desplomó y hubo que emitir dinero en montos récord- y la que viene (la normalización) es la inflación. Ningún país se está debatiendo entre ese problema, que suben fuerte los precios a la salida de la pandemia.
En una situación de ingresos de la población muy delicada, con pérdidas constantes, donde se quitan las ayudas durante el Covid, la situación luce muy difícil. El panorama es muy complejo.
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