La caída libre de las tasas de los plazos fijos tradicionales, sumada al bloqueo del acceso al dólar ahorro, imprimió en el último tiempo un gran impulso a las colocaciones atadas a las inflación en los bancos, aún antes de que el Gobierno creara el incentivo de poder precancelarlas a partir de los 30 días en lugar de inmovilizar el dinero tres meses. Así, en lo que va de enero solamente crecen casi 23,4%. Y entre noviembre y diciembre, los plazos fijos UVA dieron un salto de 50%.
Pero los analistas tienen varios reparos sobre esta “versión Pesce” (en nombre del titular del Banco Central) del plazo fijo UVA. Por empezar, plantean la condición obvia de que no haya distorsión de las estadísticas del Indec como en el pasado. Y aclaran que la opción de la precancelación proporciona antes que nada la tranquilidad de poder hacerse del dinero antes del vencimiento, ya que la fórmula de cálculo del rendimiento (70% de la tasa Leliq) está lejos de ofrecer blindaje contra la inflación. De hecho, hoy iguala a un plazo fijo tradicional.
Aún cuando un plazo de 90 días es una eternidad para un argentino, la necesidad de proteger los ahorros de la rápida erosión de la inflación parece haber convencido a muchos. Con una tasa más el ajuste por UVA, un indicador basado a su vez en el CER (otro índice de actualización vinculado a los precios), la lógica de estos depósitos es que queda garantizado que no se pierde poder adquisitivo y que incluso, se gana algo por encima de la inflación.
Es que las tasas de los depósitos convencionales de hasta $ 100.000, hoy ofrecen una tasa promedio de 34,9%, que ya entró en terreno negativo en términos reales, esto es, contrastada con la inflación.
Creados en 2016 durante la gestión en el Banco Central de Federico Sturzenegger, originalmente tenían una duración mínima de 180 días, que luego fue recortada a la mitad para estimular la demanda. Quedaron eclipsados, de todos modos, por la atención dedicada a los créditos hipotecarios UVA, el reverso de la moneda, que marcaban el regreso del crédito a largo plazo en la Argentina, hoy con cuotas congeladas por el ahogo financiero que le generó a los deudores.
De todos modos, el stock aún es mínimo. Hoy están en $ 34.950 millones cuando los plazos fijos “normales” suman $ 1,61 billones.
Ahora los bancos están adecuando sus sistemas contrarreloj. Es que no todos venían ofreciéndolos y desde el 1 de febrero deberán hacerlo, incluída la nueva modalidad de cancelación anticipada.
¿Cómo funciona? Si se cancela a partir de los 30 días, el banco deberá pagar el 70% de la tasa de Leliq del día que se hizo la colocación. De lo contrario, deberá ofrecer como mínimo 1% más UVA.
La opinión de los especialistas
Diego Martínez Burzaco, director de MB Inversiones, recuerda que “en lo peor de la crisis llegaron a dar hasta 4% o 5% por arriba de la inflación. Hoy si avisás con cinco días anticipación, podés cancelar al mes 1 o el mes 2 y te dan 70% de la Leliq, que es del 50%. Te darían 35% nominal anual, abajo de la inflación”.
Mariano Otálora, director de la Escuela Argentina de Finanzas Personales, señala: “Si analizás los últimos 30 años, una tasa real positiva de tres puntos le hubiese ganado al dólar y por lejos al plazo fijo. Pero esto es para los que quieran invertir en pesos porque con las restricciones cambiarias tenés una bomba de tiempo y lo que podés ganar en tasa en pesos en el corto plazo lo podés perder en un segundo en dólares. Yo seguiría manteniendo un porcentaje importante en dólares”.
Ezequiel Baum, director de Trainer Financiero y autor de “Ordená tu economía”, remarca que “la tasa nominal te da 2,5% mensual y con la inflación de las primeras semanas de enero ya estás en 4%. Hoy un plazo fijo UVA te está pagando 2,5% o 3% más inflación. El Gobierno pide un mínimo de 1%, que no es nada. Lo único que se agregó es la precancelación que te permite recuperar algo del valor del ahorro. Pero no te cubre de la inflación.”
Según el economista Ariel Setton, “la precancelación lo que hace es dar visibilidad de corto plazo a la disponibilidad de ese dinero porque 70% de la Leliq es 35%, está debajo de la inflación. Es una cláusula de salida que le pone a mi entender un piso al plazo fijo tradicional. Y ayuda claro a quitarle presión al dólar en un momento en que debería empezar a moverse.”
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